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La deformidad en la columna del adulto ocurre cuando aparece una desaxación (desalineamiento) en alguna de las curvas de la columna vertebral afectando tanto al plano sagital como al coronal, alterando la posición neutra fisiológica de la columna en relación a la unidad sacro-pélvica.
Los tipos de deformidades más frecuentes son:
Se define escoliosis como la deformidad rotacional en tres dimensiones que afecta el balance coronal de la columna vertebral. Es el resultado de la degeneración progresiva de los elementos vertebrales (disco, articulaciones, hueso). Esta definición difiere de lo que ocurre en pacientes jóvenes, donde la anomalía aumenta durante el crecimiento, es por eso que el manejo de estos dos tipos de escoliosis es diferente.
El tratamiento en la escoliosis idiopática o infantil viene condicionada por la cosmética y las complicaciones potenciales que puede producir la deformidad ( limitación en la respiración, afectación neurológica.etc). El grado de deformidad es medida según los grados en el ángulo de Cobb. Aquellos pacientes donde el grado es mayor de 40-45 grados, se podrá considerar la intervención quirúrgica como alternativa a la rehabilitación.
En la escoliosis degenerativa del adulto, la indicación quirúrgica viene condicionada por los síntomas clínicos (dolor, déficit neurológico). Las opciones quirúrgicas en este caso son mucho más agresivas.
Se define cifosis como la deformidad en el plano sagital debido a una exageración de la curva dorsal normal (mayor de 50 grados). La indicación quirúrgica en estos casos viene condicionada por una pérdida del balance sagital con síntomas de dolor por fatiga muscular además de la aparición de déficits neurológicos. Las causas más frecuentes son fracturas osteoporóticas, traumatismo (accidente), desplazamiento de una vértebra (espondilolistesis) iatrogenia (complicación de cirugía previa) y enfermedades degenerativas de la columna (artritis, enfermedad discal).
La pelvis es la piedra angular del balance sagital.
El balance espinal es el equilibrio biomecánico de la columna, que en condiciones normales es neutro, tanto en el plano coronal como en el sagital.
Cualquier alteración en este balance, típicamente cuando el paciente va hacia delante, produce una fatiga muscular que es la causante del dolor. Si la pérdida de balance es severa puede existir compresión de las estructuras neurológicas con sus consecuentes síntomas.
El objetivo principal en la cirugía de deformidad de la columna vertebral es devolver el balance espinal a neutro o a lo más cercano a neutro que se pueda.
Las intervenciones en estos pacientes suelen ser largas, con una pérdida de sangre considerable y conllevan un alto porcentaje de complicaciones. Es por ello que la decisión quirúrgica se debe discutir de manera honesta con el paciente, explicándole claramente, que esperar de la intervención, cuál el índice de éxito y las complicaciones que esta cirugía.
En el caso de pacientes con escoliosis degenerativa sin cambio del balance sagital, y teniendo en cuenta la variedad de abordajes de los que disponemos, el tratamiento quirúrgico generalmente incluye más de un abordaje. En estos casos, para corregir el balance coronal, tanto LLIF como OLIF son los tratamientos técnica MISS más adecuados que se deben acompañar por un abordaje posterior, que puede ser tornillos percutáneos técnica MISS o técnica abierta en caso de tener que hacer una descompresión adicional (laminectomía o discectomía).
En el caso de una escoliosis degenerativa con o sin cifosis con pérdida del balance sagital importante, las cirugías son más agresivas, y en estos casos, el objetivo pasa por corregir ambos planos (plano coronal y el plano sagital). En estos casos tan complejos, la cirugía se planea mediante unos programas informáticos que permiten saber de antemano, en función de la técnica quirúrgica elegida, qué grado de corrección podemos obtener. Si escogiendo una técnica menos agresiva, no obtuviéramos el resultado virtual necesario, tendríamos que optar por una técnica más agresiva o una combinación de ambas para obtener la mayor corrección de la deformidad posible.
En los casos complejos de deformidad la técnica MISS también tiene mucha utilidad. Podemos utilizar la técnica LLIF e introducir cajas expandibles ye hiperlordoticas que nos permiten la corrección sagital sin necesidad de asumir riesgos y perdidas hemáticas importantes. La técnica se completa mediante el abordaje posterior de soporte con tornillos percutáneos (técnica MISS) en caso de tener que hacer una descompresión adicional (laminectomía o discectomía).
En el caso de que este abordaje no fuera suficiente, optaremos por la opción quirúrgica más agresiva, que consiste en la osteotomía de sustracción pedicular, donde una técnica abierta o mixta, extraemos una parte de una vértebra lumbar, (en forma de taco) con el objetivo de aumentar la lordosis lumbar y conseguir el balance sagital neutro.
En todos los abordajes abiertos es fundamental, completar la intervención mediante la colocación de injerto óseo, ya que los objetivos principales en la cirugía de deformidad son(DCEF):
Ha sido usted intervenido de una deformidad en la columna vertebral, NO LO OLVIDE. Por lo tanto, es posible que presente anomalías dolorosas y sensitivas en su espalda o piernas, que desaparecerán progresivamente a corto plazo. Si todo va bien el paciente se irá a casa entre 8 y 10 días después de la intervención. Esto va a depender de las enfermedades asociadas del paciente, así como de la estancia en la UCI o en la reanimación (generalmente de 1 a 2 días).
Todo lo que se reseña a continuación se entiende aconsejable, en general, pero no obstante, cada caso puede requerir soluciones personalizadas.
La herida quirúrgica requerirá especial cuidado. El paciente llevará uno o dos drenajes después de la intervención que exigirán control por enfermería para valoración de las pérdidas hemáticas. Estos drenajes se retirarán cuando la perdida hemática esté controlada (1-3 días).
Al alta del hospital, el paciente requerirá, en función del grado de sus lesiones, rehabilitación normal o más intensa en un centro especializado.
En primer lugar recuerde lo que se le ha enseñado de tratamiento postural (levantarse de la cama, mover el cuello, ducharse y aseo de la herida quirúrgica por el servicio de enfermería de la clínica).
En una primera fase, si aparece dolor, permanezca sentado o tumbado en cama.
Debe utilizar una almohada blanda fácilmente adaptable al cuello y que no lo mantenga en mucha flexión.
Durante los primeros 15 días tras la intervención quirúrgica, debe evitar viajar en automóvil todo lo posible. Tras este tiempo y si su situación clínica lo permite, puede viajar en coche, incluso conducir a partir de la 3ra semana, pero evite movimientos bruscos del cuello.
En casa, procure sentarse en una silla y evite posiciones como recostarse en un sofá.
Siga las instrucciones recibidas durante su estancia en la clínica. Intente mantener la columna en ángulo recto cuando se levante y durante su estancia en la silla. Al levantarse de una silla o al sentarse, utilice sus manos para incorporarse.
Evite estar mucho tiempo de pie y sin moverse. Evite mantener una postura flexionada hacia delante cuando este de pie. Aproveche y cambie su posición a menudo.
Debe evitar levantar peso en el postoperatorio inmediato (primeros quince días). En los siguientes 15 días y en adelante, debe intentar evitar pesos superiores a los 5‐8 kgs por brazo… También debería de evitar levantar pesos sobre el nivel de sus hombros.
Puede subir y bajar escaleras sin problema mientras no fuerce la posición en flexión y extensión del cuello. Cualquier movimiento que haga subiendo y bajando escaleras hágalo con lentitud.
Durante la primera semana estará hospitalizado.
Es aconsejable plantearse la segunda semana tras la intervención, como una prolongación de su estancia en la clínica , sentándose durante desayuno comida y cena y realizar un ligero paseo para volver a la cama y permanecer en ella el 70% del tiempo.
Es frecuente al final de la segunda semana la aparición de dolor lumbar lateralizado al lado intervenido. Estas molestias son normales y ceden con cierto reposo y el tratamiento médico aconsejado. Se producen por la rea lineación de la columna cervical tras la desaparición de la radiculopatía y ciática y la lenta desaparición de la inflamación nerviosa. Puede ducharse. No hay restricciones dietéticas.
Durante este periodo no olvide cuidarse la herida quirúrgica según instrucciones previas.
Durante la 3a semana tras la intervención, puede invertir esta situación manteniendo como norma un mínimo de horas en cama de 8 nocturnas y 2 al mediodía. Puede salir a pasear, pero sin ir en coche, andar por superficies irregulares o subir y bajar escaleras de forma continua.
Durante este periodo, puede realizar cualquier actividad con precaución según las instrucciones de movilizaciones que constan al inicio de este folleto. Procure siembre evitar movimientos bruscos, y sobre todo, realizar esfuerzos con la espalda flexionada. Ya puede usted conducir trayectos cortos. Procure descansar al menos 8 horas diarias en cama y es aconsejable descansar estirado al menos, 1 hora al mediodía. Vigile no levantar más de 5 Kg de peso por brazo. No arrastre ni empuje objetos de peso superior a los 20 Kg. Procure caminar siempre por superficies regulares (planas).
La herida quirúrgica tiene un proceso de reparación algo distinto a las heridas habituales. Suele aparecer a la semana de la intervención, una costra de color negro en la cicatriz. No la retire. Caerá espontáneamente sobre los 15 días tras la cirugía. Si advierte un aspecto anómalo de la misma debe contactar con el cirujano lo antes posible.
Las complicaciones en este tipo de cirugías son frecuentes (30-60%). Las complicaciones en este tipo de intervenciones son:
La intención de esta cirugía es la mejoría o desaparición del dolor causado por la fatiga muscular crónica, como de la mejoría de los síntomas neurológicos. Es importante saber que este tipo de cirugías tiene un alto porcentaje de complicación (hasta un 40%), y que ello puede requerir múltiples intervenciones.
Importante reseñar que a veces ese dolor no desaparece inmediatamente.
Si el dolor o la clínica neurológica persiste de igual modo que antes de la intervención, pasadas 4-6 semanas, recomiendo volver a ponerse en contacto con el Cirujano para descartar alguna complicación asociada mediante pruebas complementarias (Rx, TAC Y RNM).