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Los tumores que están localizados en el interior del conducto vertebral se dividen entre tumores intramedulares y tumores extramedulares.
Los tumores intramedulares derivan de células propias de la medula espinal , mientras que los tumores extramedulares se desarrollan a partir de células de las vainas nerviosas o de las meninges.
Estos tumores de la médula espinal son más frecuentes en pacientes que sufren enfermedades hereditarias, como la NEUROFIBROMATOSIS tipo 2 y en pacientes que sufren de un trastorno multisistémico llamado enfermedad de VON HIPPEL-LINDAU, relacionado con hemangioblastomas (tumores de los vasos sanguíneos).
Los tumores propios de los huesos de la columna presentan múltiples orígenes.
Cuando estos tumores, producen dolor (típicamente nocturno), inestabilidad, problemas neurológicos (Hormigueos, parálisis,) estos tumores deben ser extirpados mediante una intervención quirúrgico siempre y cuando un examen neurológico exhaustivo y el análisis de las pruebas complementarias correspondientes (RNM), así lo sugieran.
A través de una incisión en línea media (utilizando Rx) sobre el nivel donde esta la lesión y tras separar la musculatura a ambos lados, se procederá a una laminectomía o laminoplastia (resección de la lamina vertebral en bloque) para luego, utilizando el microscopio proceder a la extirpación completa de la lesión. Esta operación se realiza con monitorización intraoperatoria para tener información en tiempo real tanto de la médula espinal como de los nervios raquideos.
Una vez extirpado el tumor procedemos al cierre estanco de la meninge duramadre. Colocamos después la lámina extirpada previamente y cerramos la herida en capas .
En ocasiones, si las circunstancias lo permiten, este procedimiento se puede realizar mediante técnica MISS, minimizando la tracción muscular y el fresado óseo, facilitando una recuperación más rápida con menos complicaciones.
rte de fluoroscopía y/o navegación intraoperatoria donde y a través de incisiones pequeñas, podremos colocar los tornillos y las barras sin dañar el musculo como en el abordaje tradicional.
Ha sido usted intervenido de la columna vertebral, NO LO OLVIDE. Por lo tanto, es posible que presente anomalías dolorosas y sensitivas en su espalda o pierna.que desaparecerán progresivamente a corto plazo. Si todo va bien el paciente se ira a casa entre los 4 y 5 días después de la intervención.
Todo lo que se reseña a continuación se entiende aconsejable, en general, pero no obstante, cada caso puede requerir soluciones personalizadas.
En primer lugar recuerde lo que se le ha enseñado de tratamiento postural (levantarse de la cama, mover la espalda y piernas en bloque, ducharse .. etc), por el servicio de enfermería en la Clínica.
Durante los 3 o 4 primeros días despues de la intervención, y al haberse abierto la meninge duramadre, deberá permanecer estirado en la cama en posición plana para evitar que el líquido cerebral pueda salir por la herida que podría conllevar a otras complicaciones.
Generalmente si durante los primeros 3 dias no hay fuga de líquido cerebral, el paciente se empieza a levantar y se podrá ir a casa.
Debe utilizar un colchón duro o tabla debajo del colchón si este es blando.
Procure, en la medida en la que le sea posible, dormir en posición con cadera y rodillas flexionadas. Realice los movimientos de forma que el giro del segmento lumbar‐pelvis‐piernas, se realice en bloque.
Durante los primeros 15 días tras la intervención quirúrgica, debe evitar viajar en automóvil todo lo posible. Tras este tiempo y si su situación clínica lo permite, puede viajar en coche, incluso conducir a partir de la 3ra semana, pero evite los trayectos largos o si debe realizarlos, cambie de postura con frecuencia. Cuando lo haga, procure acercar el asiento al volante de forma que sus rodillas y caderas queden flexionadas al máximo. Si viaja como pasajero, procure colocar una almohada detrás de la espalda, de forma que al desplazarse hacia delante, consiga una mejor flexión de las rodillas y caderas.
En casa, procure evitar estar sentado sobre superficies blandas donde la sobrecarga de su espalda es mayor (sofá). Procure hacerlo sobre sillas de madera o sin acolchado excesivo manteniendo la espalda con respecto a la pelvis en 90 grados.
Utilice siempre sus manos al sentarse de forma que estas se apoyen antes que sus nalgas. De esta forma evitará la sobrecarga de este gesto sobre su espalda. Busque siempre la posición en ángulo recto.
Siga las instrucciones recibidas durante su estancia en la clínica. Intente mantener la columna en ángulo recto cuando se levante y durante su estancia en la silla. Al levantarse de una silla o al sentarse, utilice sus manos para incorporarse.
Evite estar mucho tiempo de pie y sin moverse. Evite mantener una postura flexionada hacia delante cuando este de pie. Aproveche y cambie su posición a menudo.
Debe evitar levantar peso en el postoperatorio inmediato (primeros quince días). En los siguientes 15 días y en adelante, debe intentar evitar pesos superiores a los 5‐8 kgs por brazo. Al elevar el peso desde el suelo, debe hacerlo flexionando sus rodillas. Debe siempre evitar realizar este movimiento con las piernas rectas y apoyando sobre su espalda. También debería de evitar levantar pesos sobre el nivel de sus hombros.
Evite al máximo subir y, sobre todo, bajar escaleras. Evite subir o bajar escaleras cargando peso. Cualquier movimiento que haga subiendo y bajando escaleras hagalo con lentitud.
Es aconsejable plantearse la primera semana tras la intervención, como una prolongación de su estancia en la clínica , sentándose durante desayuno comida y cena y realizar un ligero paseo para volver a la cama y permanecer en ella el 70% del tiempo. Durante la 2a semana tras la IQ, puede invertir esta situación manteniendo como norma un mínimo de horas en cama de 8 nocturnas y 2 al mediodía. Puede salir a pasear, pero sin ir en coche, andar por superficies irregulares o subir y bajar escaleras de forma contínua. Puede ducharse. No hay restricciones dietéticas.
Es frecuente al final de la primera semana la aparición de dolor lumbar o en nalga lateralizado al lado intervenido. Estas molestias son normales y ceden con cierto reposo y el tratamiento medico aconsejado. Se producen por la realineación de su espalda tras la desaparición de la ciática y la lenta desaparición de la inflamación nerviosa.
Durante este periodo, puede usted considerar su actividad como la que realiza diariamente sin incluir actividad laboral. Puede realizar cualquier actividad con precaución según las instrucciones de movilizaciones que constan al inicio de este folleto. Procure siembre evitar movimientos bruscos, y sobre todo, realizar esfuerzos con la espalda flexionada. Ya puede usted conducir trayectos cortos. Procure descansar al menos 8 horas diarias en cama y es aconsejable descansar estirado al menos, 1 hora al mediodía. Vigile no levantar más de 5 Kg de peso por brazo. No arrastre ni empuje objetos de peso superior a los 20 Kg. Procure caminar siempre por superficies regulares (planas).
La herida quirurgica, tiene un proceso de reparación algo distinto a las heridas habituales. La posición de los separadores en la cirugía somete a los bordes cutáneos a una gran tensión durante el acto quirúrgico. Suele aparecer a la semana de la intervención, una costra de color negro en la cicatriz. No la retire. Caerá espontáneamente sobre los 15 días tras la cirugía. Si advierte un aspecto anómalo de la misma debe contactar con el cirujano lo antes posible.
AL MES, DEBE USTED ACUDIR A SU MÉDICO
Las complicaciones en este tipo de cirugías son muy ocasionales (5%). Las complicaciones en este tipo de intervenciones son:
Infección 1-2 %. Aparece entre semana 3 a semana 6. Se trata con antibióticos. Más frecuente en pacientes inmunocomprimidos. Se trata con antibióticos.
Hematoma. < 1%. Ocurre durante primeras 24 h. Depende del tamaño se observa y en ocasiones requiere una reintervencion para evacuarlo. Si es grande pudiera producir una compresión sobre estructuras neurológicas y una intervención sería urgente. (<1%)
Fuga dural de líquido cefalorraquídeo (LCR) 1-4%. Ocurre desde la intervención hasta 3 semanas después. Si la fuga aparece antes de que la herida cierre, es posible que el LCR salga al exterior, en cuyo caso es posible controlarlo mediante la colocación de un drenaje lumbar durante un periodo de 4 días, o en ocasiones el paciente requiera una nueva reintervención para sellarlo. Si la fuga aparece con la herida cerrada, el LCR no se exteriorizará, observándose un acúmulo que se podrá tratar mediante la aplicación de un vendaje compresivo apoyado por una faja a tensión.
Daño radicular 1-2%. Aparece inmediatamente después de la intervención. El daño a la raíz emergente se produce por tracción o daño directo sobre la raíz, al estar en directo contacto con el tumor. Si el daño radicular es completo el paciente tendrá una parálisis muscular que condicionara al paciente una cojera que en muchas ocasiones pueden compensar con el buen funcionamiento de los otros nervios con sus correspondientes grupos musculares.
Daño medular 1-2%. Aparece inmediatamente después de la intervención. El daño medular se produce por tracción o daño directo sobre la médula. En pacientes con tumores intramedulares el daño también puede ser producido por un fenómeno vascular. Si el daño medular es completo el paciente desarrollará una paraplejia o una tetraplejia en función del nivel de la lesión. Si el daño medular es incompleto tendrá alguna movilidad. En ambos casos el paciente requerirá rehabilitación intensiva en un centro especializado para lesionados medulares.
Durante una extirpación de un tumor espinal el paciente debe mejorar del dolor, de los síntomas con los que se ha presentado como dolor, inestabilidad y déficit neurológico ( hormigueos y parálisis motora y de esfínteres). Importante reseñar que a veces ese dolor no desaparece inmediatamente.
Si la clínica persiste de igual modo que antes de la intervención pasadas 2-4 semanas, recomiendo volver a ponerse en contacto con el Cirujano para descartar alguna complicación asociada mediante una Resonancia Magnética.